FAQ - Preguntas Frecuentes
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La próstata es una glándula del aparato reproductor masculino. Está ubicada por debajo y a la salida de la vejiga urinaria y por su interior transcurre Contiene células que producen parte del líquido seminal que protege y nutre a los espermatozoides contenidos en el semen. La misma tiene forma de avellana y suele pesar 20 gramos aproximadamente.
A partir de los 30 años de edad, la próstata empieza a crecer siguiendo un proceso natural de envejecimiento. En algunos hombres, este aumento de volumen provoca problemas al orinar. Este proceso se denomina hiperplasia prostática benigna (HPB). No todos los hombres con una próstata agrandada tendrán síntomas. No obstante, si la próstata comienza a agrandarse sustancialmente, la misma presionará la uretra y por consiguiente la estrechará causando los típicos trastornos de la micción asociados a este síndrome.
Actualmente muchos hombres sufren los síntomas de la hiperplasia prostática benigna y el número de casos está directamente relacionado a la edad. Cerca del 30% de los hombres de más de 50 años, del 40% de los de más de 60 y hasta del 50% en aquellos mayores a 70 años padecen los efectos de una hiperplasia prostática.La hiperplasia prostática cursa con diversidad de síntomas. El flujo de orina débil, la imperiosidad miccional, el goteo tras la micción, la sensación de que la vejiga no está totalmente vacía o la necesidad de orinar con frecuencia durante la noche son los síntomas más frecuentes. Estos síntomas pueden alterar la calidad de vida hasta el punto de reestructurar las rutinas diarias en función de los mismos. Cuando se alcanza este punto, es imprescindible aplicar un tratamiento efectivo.
El tratamiento de la HPB está dirigido a reducir los síntomas de los pacientes y mejorar su calidad de vida. Habitualmente, los síntomas moderados se pueden tratar bien con medicación. En los casos en que la medicación no es efectiva, no se tolera bien o aparecen complicaciones relacionadas a la progresión de la hiperplasia, es necesario recurrir a la cirugía. El procedimiento convencional es la resección transuretral de próstata (RTU-P). Se realiza bajo anestesia general o raquídea. El cirujano llega hasta la próstata a través de la uretra mediante la inserción de un delgado instrumento tubular (resectoscopio).
Utilizando un electrodo monopolar en forma de asa se remueve el tejido prostático que obstruye el paso. Es decir, se van sacando “rebanadas” del interior de la próstata hasta llegar a remover suficiente tejido como para aliviar eficazmente los síntomas. Pese a ser un tratamiento de mínima invasión, se asocia a sangrado postoperatorio y está limitado a próstatas de pequeño tamaño.Vaporización con láser verde: Este novedoso método vaporiza el tejido prostático utilizando un láser de diodo filtrado a través de una placa que le da su característico color.
Este es un método de avanzada que permite vaporizar la próstata con mínimo sangrado y mínimos efectos residuales. El volumen de tejido que se puede controlar mediante el láser verde dependerá directamente del modelo utilizado. Este es un método ideal para pacientes anticoagulados o de alto riesgo quirúrgico. No obstante, no debe ser utilizado en casos donde exista la necesidad de obtener tejido para anatomía patológica.
Vaporización con plasma TURis: La vaporización con campo plasma es una opción quirúrgica nueva. Es una evolución de la RTUP con la cual se puede extirpar tejido prostático con más seguridad e incluso menor agresividad. Al contrario de la RTUP convencional, este procedimiento vaporiza aplicando energía con un pequeño electrodo en forma semiesférica. No obstante vaporizar el tejido, previamente y utilizando un asa circular se puede tomar fragmentos del mismo a fin de tener muestras para analizar si el caso lo requiriese. La vaporización con plasma constituye un procedimiento novedoso que proporciona al paciente el máximo grado de seguridad a la vez que es tan efectivo como la opción de tratamiento estándar. A su vez permite tratar grandes volúmenes prostáticos en forma mínimamente invasiva.
De tal forma, actualmente existen dos claras opciones de mínima invasividad que permiten resolver en forma rápida y efectiva la hiperplasia prostática benigna. Dependerá del cirujano y su paciente el determinar en forma conjunta cual es el método que más se adecua a las necesidades del caso.El cáncer de próstata (CAP) es el tumor visceral más frecuente en el hombre y fue la segunda causa de muerte en los hombres mayores de 50 años luego del cáncer de pulmón hasta el final del siglo 20.
Actualmente gracias al diagnóstico temprano pasó a ser la tercera causa de muerte luego del cáncer colorectal. En los últimos años y producto de la utilización de programas de diagnóstico temprano, varios estudios han evidenciado el aumento en la detección de tumores localizados pasibles de curación y la disminución de la muerte a causa del cáncer de próstata.En la última década se ha investigado mucho sobre los factores de riesgo que pueden estar asociados a la aparición de esta enfermedad. Se sabe que el antecedente de un pariente cercano con cáncer de próstata, la raza negra el síndrome metabólico y la ingesta de comidas ricas en grasas esta directamente relacionados con una mayor incidencia de esta malignidad. Por otro lado, hasta hoy, no se ha logrado probar el rol protector de ningún tipo de suplemento dietario.
La detección temprana se asocia a un mayor indice de curación. Esto se realiza mediante un control urológico el cual será a medida de cada paciente, teniendo en cuenta su edad y la presencia o no de factores predisponentes. El examen digital rectal y el antígeno prostático específico (PSA) son los pilares del diagnóstico temprano. El PSA es una proteína producida por las células de la glándula prostática. La concentración en sangre del PSA suele estar elevada en los pacientes con cancer de próstata.
Existen opciones terapéuticas para todos los casos del CAP. No obstante, no todos los casos requieren un tratamiento activo y muchos pacientes con diagnóstico de CAP serán pasibles de observación. El cáncer de próstata es una enfermedad polifacética que requiere de un enfoque específico para cada individuo. El desarrollo de nuevas tecnologías como la radioterapia de intensidad modulada, la braquiterapia y la cirugía de mínima invasión han permitido tratar esta malignidad en estadios tempranos con mínimas consecuencias para la calidad de vida del paciente.
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La disfunción sexual es una alteración en la respuesta sexual humana (el deseo, la excitación, la erección y el orgasmo) que usualmente impide el desarrollo de una vida erótica plena, pudiendo afectar la salud y la autoestima del individuo, así como su relación de pareja.
La disfunción sexual masculina incluye la disfunción eréctil, la disminución del deseo sexual y los trastornos eyaculatorios.
La función sexual requiere de la integridad de múltiples órganos y sistemas como el sistema nervioso central y periférico, el sistema endocrino y los vasos sanguíneos. A su vez puede estar afectada por alteraciones peneanas y trastornos psicológicos.Aproximadamente el 40% de los varones de más de 40 años de edad reconoce cierto nivel de deterioro de su función sexual.
La disfunción eréctil es la patología sexual más frecuente, afecta aproximadamente al 16% de los hombre entre 20 y 75 años y al 37% de los que tienen entre 70 y 75 años.
Los desórdenes eyaculatorios incluyen un grupo heterogéneo de trastornos como la eyaculación retardada, la eyaculación retrógrada (hacia la vejiga), la anorgasmia (ausencia de orgasmo) y la eyaculación precoz, siendo esta última la más frecuente, afectando a alrededor del 30% de los hombres.
La disminución del deseo sexual afecta entre el 5 y el 15 % de los hombres.Como factores de riesgo se identifican la obesidad, el tabaquismo, el alcoholismo, el abuso de drogas y el sedentarismo.
La presencia de comorbilidades (diabetes, hipertensión arterial, dislipemia y endocrinopatías) y los factores psicológicos como estrés, depresión y ansiedad también contribuyen negativamente.
Pueden aparecer como efecto adverso de algunos medicamentos, también luego de traumatismo o cirugías pelvianas o estar asociadas a patologías peneanas.Hay que realizar una historia clínica y un examen físico completos. Solicitar estudio de laboratorio general y un perfil hormonal. En ocasiones se deben solicitar estudios más
específicos como la ecografía doppler peneana y el registro de rigidez y tumescencia peneana nocturna (Rigiscan – NPT) que permiten entre otras cosas diferenciar las disfunciones eréctiles de origen psicógeno u orgánico. Son muy útiles también los cuestionarios sobre salud sexual como el IIEF-5.Claro que si. Estas patologías deben ser manejadas por el urólogo especialista en disfunciones sexuales y psicólogos especializados en sexología. En UMIBA los pacientes pueden consultar, ser estudiados y recibir el tratamiento según su patología, incluyendo tratamientos médicos, terapias sexológicas y procedimientos quirúrgicos.
Es frecuente que los individuos con este tipo de patologías, ya sea por pudor, temor o falta de información, no realicen la consulta, privándose por ello de un tratamiento adecuado que mejore sustancialmente su calidad de vida.