Técnicas quirúrgicas
El acto de donar un riñón es de por si una muestra gigante de amor y empatía. No solo el donante voluntariamente se desprende de un órgano sino que lo debe realizar a través de una cirugía que no se encuentra exenta de riesgos. La cirugía tradicional se realiza mediante una incisión lumbar izquierda, mientras que la técnica laparoscópica extrae el órgano a través de una minima incisión sobre el pubis. En pacientes femeninos, el riñón donado puede hasta extraerse a través de la vagina. Lamentablemente hoy en día muchos centros en nuestro país continúan realizando la ablación del órgano en forma tradicional mediante la cirugía abierta. La misma esta asociada a internaciones prolongadas con mayor dolor postoperatorio y una lenta recuperación. Por otro lado la clásica incisión lumbar suele traer aparejada una debilidad de la pared abdominal que se traduce en un abultamiento crónico del lado operado. Debido a esto actualmente en la mayor parte del mundo estos órganos son extraídos mediante técnicas de mínima invasión que posibilitan evitar la morbilidad de la cirugía abierta. De tal forma el donante puede realizar este hermoso acto sin miedo a las repercusiones de la cirugía tradicional. Tal es esta diferencia que se ha reportado un claro aumento de donaciones en aquellos programas de trasplantes que incorporaron la cirugía laparoscópica. En UMIBA hemos creado un equipo enfocado específicamente a esta situación, realizando ablaciones laparoscópicas en forma independiente a cualquier programa de transplante renal. De tal forma brindando un servicio a los donantes que quieran una alternativa a la cirugía tradicional.
La vasectomía consiste en la sección y ligadura de los conductos deferentes. Como consecuencia, en poco tiempo el semen eyaculado no contiene espermatozoides. Es un meted de control natal que, aunque puede ser reversible en algunos casos, generalmente es permanente.
TECNICA SIN BISTURI
Bajo asepsia (que debe incluir afeitado del campo operatorio) y anestesia local. Utilizando instrumental específico para esta técnica se realiza una pequeña incisión en la parte anterior del escroto o bien dos laterales. Los conductos seminales (o deferentes) se sacan a través de la incisión, se cortan y se ligan tras extraer un segmento, de forma que los dos extremos de cada conducto quedan anudados y separados entre sí. Los procedimientos en que no se secciona un segmento de los deferentes están en desuso por mayor porcentaje de fallos. A continuación se introducen nuevamente los conductos en el escroto. El sangrado es mínimo, y la herida suele requerir algún punto reabsorbible aunque a veces no lo precisa: se realiza presión para contribuir a su cierre.
Se recomienda no haber tomado anti inflamatorios como la aspirina por lo menos una semana antes y después de la operación, porque pueden incrementar el riesgo de sangrado.
Recientemente se ha desarrollado la técnica de Vasectomía Sin Bisturí (VSB) que ha mejorado notablemente el concepto quirúrgico de vasectomía. Es una técnica con un porcentaje mucho menor de complicaciones respecto a la vasectomía convencional y en la actualidad es el procedimiento Gold Standard por la Asociación Americana de Urología para la práctica de vasectomía. La VSB nace con la idea de realizar la intervención con el mínimo trastorno y mínimas molestias. Su particularidad más básica reside en un instrumental único y específico para tal fin. De hecho el corte no lo practica el bisturí convencional sino que se realiza mediante una pinza que provoca la apertura de la piel separando, y no cortando, sus fibras. Los resultados han mostrado 10 veces menos hematomas, infecciones y otras complicaciones con un porcentaje total de 0,4 % para la vasectomía sin bisturí frente a un 3,1 % para la vasectomía convencional.
La vasectomía es un procedimiento muy efectivo para evitar el embarazo. La tasa de fallos no supera el 0.5 por ciento. Después de la operación todavía hay espermatozoides almacenados, de modo que se debe usar otro método de anticoncepción hasta que el espermiograma revele que el conteo espermático es igual a cero. Este procedimiento no tiene efecto alguno sobre la provisión de sangre y hormonas a los genitales, de modo que no afecta la erección ni la libido.
Una embolización es una técnica mínimamente invasiva por medio de la cual se ocluyen vasos (venas o arterias). Se llega al sitio a ocluir a través de un catéter. La inserción del catéter se guía con control fluoroscópico y se ocluye con pequeñas partículas. En los últimos 30 años, el avance en las técnicas de embolización y su rol en los sangrados de origen próstatico, han permitido el desarrollo de la embolización prostática para casos de enfermedad benigna (Hiperplasia Prostática benigna) mejorando los síntomas por obstrucción urinaria baja; y de patología maligna (Cáncer de próstata) para disminuir el tamaño prostático previo al abordaje quirúrgico o en pacientes con indicación de radioterapia.
Básicamente se tapan las arterias de la prostata para disminuir su volumen.
Trabajamos de forma multidisciplinaria, urólogos y radiólogos intervencionistas, se realiza un seguimiento pre y post procedimiento.